Wassily Kandinsky |
Vengo
de una ciudad sin dónde
que alguien sin tú
dibujó en el viento
como adivinando algo
hermoso y terrible
dibujó en el viento
como adivinando algo
hermoso y terrible
Para que nadie la olvide
ni pueda quedarse en ella
siempre está mudando
de otoños y de miércoles
de gentes y de callesni pueda quedarse en ella
siempre está mudando
de otoños y de miércoles
de héroes y de villanos
Es como una piel
que se arranca a sí misma
para extenderse en la nada
y resolverse al fin
entre tatuaje y cicatriz
entre madera y piedra
De allí te traje
esta flor no cortada
que encontré a la orilla
de una lágrima no vertida
como bastando de pétalos
las grietas del espejo
Bellísimo como si los colores estuviesen siempre allí, las fragancias se convirtieran en una aroma de esos pétalos de flor no arrancada
ResponderBorrarcariños,
ISA
Bellas las figuras, pero un poco hérmeticas.
ResponderBorrarEn lo oscuro está la claridad, en lo hermético: lo expedito.
ResponderBorrarVagar por esas calles
sin dónde ni porqué,
al aliento de la brea
en el asfalto,
y descubrir los otoños
y los miércoles,
las azucenas
y las enredaderas,
el espejo reflejando
ansiedades,
la soledad
viajando
en un barco de papel.